Con la globalización y la actual crisis, la creación de nuevas empresas por parte de jóvenes emprendedores se extiende. En el ámbito de las ciencias la forma más común es la de start-up, empresas jóvenes con gran potencial de crecimiento e innovación.
Pero antes de crear una empresa, deberíamos responder a tres preguntas básicas:
¿Quién va a ser mi cliente?
¿Que valor puedo ofrecer a mi cliente?
¿Cómo voy a generar beneficios estables con mi valor?
Si has conseguido responde de forma clara a las tres preguntas, felicidades! Ya estás un poco más cerca de implantar tu modelo de negocio, de lo que hablaremos hoy.
El modelo de negocio es la estrategia o planificación que describe el valor o servicio que vas a dar a tus potenciales clientes. El número de modelos de negocio puede ser ilimitado, tan grande como el número de empresas que existan, ya que cada una puede tener su propia forma de distinguirse y gestionarse.
Y en el mundo de la Biotecnología (y las ciencias en general), ¿que modelos de negocio podríamos usar? Quiero emprender un negocio, pero necesito ideas! Vamos a hacer un poco de brainstorming…
Posibles modelos de negocio en ciencia:
Venta directa: El más conocido por todos y probablemente el más extendido. la empresa gestiona todas las fases de creación del producto y su venta o comercialización. También se puede evitar la fase de creación o síntesis del producto, actuando así como intermediario o como vendedor final al usuario. Es el “yo me lo guiso, yo me lo como” de las empresas.
Investigación básica: Normalmente muy vinculado a las universidades, o a entidades públicas (CSIC, Hospitales…). En este caso el cliente sería la propia universidad o el estado, y la forma de conseguir beneficios sería mediante la consecución de ayudas, becas, etc.
En el actual contexto español, la reducción de presupuesto en Investigación está siendo brutal, con la situación agravándose continuamente.
Start-up y Spin-off: Ambas son empresas pequeñas, con gran posibilidad de crecimiento y asociadas a la innovación, pero mientras que la Start-up ofrece un servicio directo al cliente, sin depender de otras compañías, la Spin-off se crea a partir de otra ya existente o una Universidad. Todo y que es una empresa independiente su función es transferir el conocimiento adquirido en la investigación. Podemos encontrar muchas empresas de este tipo agrupadas en las incubadoras de las universidades y los parques científicos.
Servicios: Muy usado en pequeñas empresas que dan un servicio muy concreto, o actúan en una fase determinada del proceso de producción. Pueden ofrecer servicios muy concretos, con un alto grado de calidad y a un precio muy competitivo. Grandes expertos en una tarea concreta, y además con una gran capacidad de resolución de posibles problemas, ya que trabajan con diferentes empresas y acumulan el “know-how” del servicio.
Es un mercado cada vez más en alza, debido a la constante externalización de trabajos de las grandes compañías, con el objetivo de reducir costes.
El ejemplo más claro serían las Contract Research Organizations (CRO) en la industria farmacéutica.
Royalties: Se trata de crear y patentar un producto, y ceder el uso o explotación de este a otra empresa, a cambio de un pago, normalmente ligado al número de ventas o volumen de producción. En mi opinión esta podría ser una gran forma de recuperar la inversión asociada a la investigación básica, y una forma de rentabilizar un gran desembolso de dinero, recursos y tiempo, que en estos momentos depende casi en exclusivo de las ayudas públicas. Un ejemplo de royalties es el pago a empresas biotecnológicas por el uso de semillas modificadas genéticamente (soja, arroz o trigo).
Recuperación: Coger un producto o servicio que ya exista, y darle un nuevo uso, aplicarlo en otro ámbito, comercializarlo de forma distinta o a un público distinto. Aquí todo vale y se trata de tener creatividad y visión de negocio para detectar qué servicio y productos podríamos recuperar para nuestra empresa. Un ejemplo podría ser el uso de moléculas químicas, para tratar nuevas enfermedades. Otro ejemplo sería el conocido KH7 (desengrasante) que aunque ahora se usa de forma habitual, al principio fué desarrollado y utilizado por la industria de la joyería.
Chemical leasing: Un novedoso modelo de negocio que se basa en cobrar, no por vender un producto químico, sino por el beneficio o rendimiento obtenido por este producto. Esto hace que los residuos químicos y la contaminación derivada de ellos se reduzca, ya que se busca la máxima eficiencia, con la menor cantidad de producto (ya que el productor cobra lo mismo, sin depender de la cantidad que venda) y el usuario se beneficia también (menos residuos que eliminar, volúmenes más pequeños, etc…).
Estos son sólo algunos de los posibles modelos. Pero buscamos vuestra participación. ¿Qué opináis vosotros? ¿ conocéis algún plan de negocio nuevo aplicable? ¿Que pensáis sobre el futuro de la emprendeduría en biotecnología?
Bioemprendedores y ASBTEC:
Desde ASBTEC queremos implicarnos activamente en el desarrollo de los emprendedores del futuro.
Por eso ofrecemos actividades específicas dirigidas a la formación de los que llamamos Bioemprendedores.
En el proyecto Sembrem! se engloban estas actividades, de las cuales el mejor ejemplo es el curso Claus per Bioemprendre en temps de Crisi del que ya llevamos dos ediciones (2011 y 2012) con gran éxito.
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